En su cuento El Aleph, Jorge Luis Borges presenta un punto en el espacio que encierra la totalidad del universo: todos los lugares, todos los tiempos, coexistiendo en una sola mirada. Este «Aleph» no es solo un símbolo del infinito, sino también una metáfora de la totalidad absoluta, un lugar donde todo lo que existe converge y —según mi propia interpretación— donde el tiempo se detiene.
La reapertura de «El Aleph» en Cercedilla conserva intacta su esencia: un refugio de calma, invita a la conversación y al café de especialidad, su descafeinado tampoco defrauda.
Colaboran con el obrador de Abantos, que elaboran los panes y molletes con sabor, miga jugosa y buena corteza, de masa madre de cultivo, harinas ecológicas molidas a la piedra, fermentaciones de más de 24 horas, 100% artesano, elaborados con cariño en horno de piedra, agua, sal y nada más.
Vicky Cakes les aporta el toque más dulce, tartas y repostería artesana con el mismo cuidado y dedicación que caracteriza todo lo que hacen en «el Aleph».
También es un espacio cultural en el que se organizan eventos y diferentes talleres que publican a traves de su Instagram: https://www.instagram.com/el.aleph.cercedilla/?hl=es